Si alguna vez has impartido un curso online en directo, sabes a qué me refiero. Vemos como evitar las cámaras apagadas sin obligar a nada.

pantallas apagadas en cursos online

Resulta frustrante, sí. Estás dando una clase online y parece una sesión de espiritismo. De vez en cuando tienes que preguntar para saber si están ahí. Y normalmente responden por el chat, unos pocos, pero no tienes ni idea de si realmente están prestando atención.

Para un docente esto es desalentador. Pero, ¿podemos cambiarlo?

Respuesta corta: Sí. Pero primero hay que entender las causas de que no conecten la cámara, ya que los motivos no siempre son los mismos.

¿Por qué apagan las cámaras?

Los motivos son variados:

Conexión de baja velocidad o desde el móvil

En estos casos, poco podemos hacer. Puede ser por una conexión de baja velocidad, o porque utiliza los datos del móvil y son limitados. Si un estudiante deja de escuchar bien por encender la cámara, tiene que poder asistir a la clase sin encenderla. Gracias al micro, podemos escuchar su feedback y que participe sin verlo. Si la opción del micro tampoco es viable, siempre queda el chat. En estos casos no se puede hacer mucho más.

«Nadie enciende la cámara»

Si es un problema de «costumbres», de que no encienden la cámara porque nadie lo hace, aquí sí podemos hacer cosas para cambiarlo. Será mucho mas fácil cambiar este hábito en un curso nuevo que en otro que ya se esté impartiendo, pero podemos solucionarlo.

Situación personal en casa o el trabajo

En ocasiones, la persona que asiste a la clase está en una sala con mas gente, como el salón de casa o la cocina, o en una oficina con más personas. Quizá no quiere que aparezca su padre en calzoncillos por detrás, o sencillamente están en la cama, en pijama y despeinados. Dejar las cámaras apagadas evita estas situaciones.

Asistir a una clase, aunque sea online, debe tomarse como asistir a una clase física. Igual que el profesor se viste y peina, el alumnado lo debe hacer también.

En el caso de que el entorno no sea el adecuado y no se quiera mostrar, la mayoría de aplicaciones de videollamada ya permiten emborronar el fondo o sustituirlo por una imagen. Sólo hay que proporcionar al alumnado un paso a paso para que puedan hacerlo por ellos mismos.

Vergüenza o comodidad

Asistir a una clase online, indudablemente es mas cómodo que asistir en persona, por motivos como que «no hay que dar la cara». También puede ser por verguenza, porque piensen que pueden hacer una tontería y que quede grabado delante del resto del alumnado, o peor aún, convertirse en un meme.

Aquí es responsabilidad del docente asegurar que la clase es un entorno seguro, que nadie más pueda grabarla (o al menos comunicar que no está permitido), y que nadie mas que el alumnado va a poder acceder a la grabación. Podemos hacer esto configurando las grabaciones para que sólo puedan acceder las direcciones de email que proporcionemos (las del alumnado).

En cualquier caso, la seguridad nunca va a ser 100%. Una persona puede compartir su email, o capturar la clase desde su equipo y luego publicarla. Esto es piratería y atenta contra la ley de protección de datos, de modo que se puede comunicar que si alguien incurre en estos comportamientos puede ser acusado y penalizado.

Si el motivo es por vergüenza, el equipo docente debe establecer una atmósfera de «seguridad», de que no es un problema plantear cualquier pregunta o equivocarse, de que no pasa nada, porque es más importante la participación que acertar siempre.

¿Cómo podemos evitar las cámaras apagadas en las clases en directo?

En mi caso, suelo dar formación a empresas. Las personas suelen asistir a las clases desde su puesto de trabajo (aunque no siempre), pero son adultos, y en principio tienen interés en la materia. Hay que reconocer que esto facilita las cosas.

Aunque no sea tu caso, la mayoría de las recomendaciones que vamos a hacer las podrás aplicar en tu situación, incluso con otro tipo de alumnado, para evitar o reducir las cámaras apagadas durante la impartición de clases.

Antes de comenzar el curso

Los días anteriores a comenzar, envío un mail explicando que la cámara y los auriculares con micro son imprescindibles, porque las clases son muy participativas. Bueno, en realidad envío varios mails, en todos recuerdo esto. A veces soy un poco cansino, pero sirve para asegurarte de que se enteran.

También (importante) hay que incluir esto en el mensaje donde se pasa el enlace para acceder. Así te aseguras de que todos los asistentes lo han podido ver.

Primer día de clase

El primer día explico por qué es importante para mí ver las caras incluso mientras estamos explicando algo y ellos no hablan:

✔ Puedo ver en tu cara si te está interesando.
✔ Puedo ver en tu cara si te estás aburriendo.
✔ Puedo ver si estás tomando notas.

Ese feedback es valioso para nosotros como docentes, y nos ayuda a seguir mejorando la formación. Sólo tomarse la molestia de explicar esto al principio, ya reducirá las cámaras apagadas.

En la primera clase, al igual que ocurriría con una formación presencial, lo importante es presentarnos, romper el hielo y crear un vínculo.

Es más importante que se presente el alumnado que el profesor. Nuestra presentación debe ser lo mas breve posible, 1 o 2 minutos, máximo 5. A nadie le interesa lo largo que tienes tu… curriculum, lo que les interesa es qué tienes para ellos.

Aquí es un buen momento para preguntar por las espectativas que se tienen sobre el curso, qué les gustaría aprender, en qué les gustaría que el curso les ayudara a mejorar, etc.

En mi caso, estoy dando un curso sobre captación de alumnado para centros de formación, por lo que les hago muchas preguntas: cómo realizan la captación, si utilizan mail marketing, publicidad, si publican en redes sociales…

Como ves, esto hace que ellos hablen más tiempo que nosotros. Los convertimos en protagonistas de la clase, y nos dan valiosa información sobre cuál es su realidad, que en mi caso personal, me sirve para saber qué les va a resultar más útil, quizá en qué hay que incidir más, etc.

Por supuesto, hay que dar también contenido, pero en la primera clase siempre intento dar trucos o acciones sencillos y fáciles de aplicar, para que se lleven cosas útiles, pero sin aturullarlos con mucho contenido. Ya habrá tiempo de esto en otras clases. Mejor que se queden con ganas de más.

La mayoría de personas tienen unas expectativas medias o bajas al hacer una formación de este tipo, pero con una primera clase así, la moral, la motivación y las ganas de continuar se disparan.

Actividades

Cuando las clases son largas (más de una hora), es difícil mantener el tipo, no sólo para el alumnado, también para quien imparte la clase. Puede resultar agotador.

En mi caso, utilizo las actividades como «respiro». Intento programar una actividad cada hora, donde todos apagan la cámara. Aviso del minuto exacto en el que vamos a volver, para que estén listos. Suelo dar entre 10 y 20 minutos.

Durante esta pausa, no sólo pueden hacer la actividad, pueden levantarse, ir al baño, atender una llamada o un mail…

A la vuelta, corregimos la actividad en común: los alumnos pueden compartir pantalla y explicar lo que han hecho, preguntar dudas, etc. Todos ven lo que han hecho los demás.

Evidentemente, esto funciona con grupos reducidos, con más de 15 personas puede hacerse demasiado largo y tedioso. Con mas alumnos, es mejor que presenten algunos voluntarios, se resuelvan dudas y pasar a lo siguiente.

Durante el resto del curso

Para mantener estas actitudes y la motivación alta durante el curso, trato de hacer muchas preguntas y pedir feedback durante las explicaciones, de modo que estén participando todo el tiempo. A veces lanzo una pregunta para que responda quien quiera, otras veces pregunto a una persona concreta. De este modo, saben que en cualquier momento les puede tocar intervenir, así no se duermen 😉

Si alguien tiene que levantarse o hacer otra cosa durante un momento de «no pausa», no tiene que decir nada, apaga la pantalla y que vuelva cuando pueda. Ya somos mayorcitos, y para eso se graban las sesiones.

Cuando las clases son mas densas y con mucho contenido, hacer actividades cambia el ritmo, les permite participar y hace que los bloques de contenido sean mas «masticables».

En estas clases mas densas, también suelo acabar con alguna actividad tipo Kahoot, que me permite comprobar si se han asimilado los contenidos, cambia la dinámica, y acaban con algo divertido y competitivo. Así la clase acaba «arriba» y terminan con buena sensación.

En conclusión

En mi humilde opinión, cuando somos docentes, no sólo tenemos que preocuparnos de que el contenido que impartimos sea bueno y actualizado, también de que el ambiente en clase sea positivo, y de que aprendan a aplicar lo que se imparte, no sólo entenderlo.

Y por supuesto, que la clase no sea un tostón, sino lo mas amena y dinámica que sea posible. Y para esto hay que convertir al alumnado en protagonista. Esto nunca podrá ocurrir si solo habla el docente todo el tiempo.

Espero que estas prácticas te permitan reducir todo lo posible las cámaras apagadas cuando impartes teleformación.